martes, 10 de mayo de 2011

Sin bajarse de la pelea, Russo mejoró la última temporada. “En el club se hacen bien las cosas”, dijo.


Racing tiene todo no para ser grande, sino grandísimo”. Desde hace un tiempo, Miguel Russo repite mensajes vinculados con el prestigio del club donde trabaja. En idéntica sintonía que la dirigencia, el técnico observa un crecimiento notorio en lo futbolístico y en lo institucional. En cuanto al juego, a lo que él se dedica, en su momento el hombre destacó que “Racing dejó de ser un equipo timorato”, a partir del cambio de espíritu que le fue inculcando al equipo con un estilo y mentalidad más audaces. A favor de su mirada optimista hay un número que lo avala y va más allá del triunfo sobre Arsenal: a seis fechas para el final del Clausura, la Academia ya lleva 48 puntos en la temporada (19 en este torneo y 29 en Apertura), dos más que lo realizado en la anterior (17 en el Apertura 2009 y 29 en el Clausura de ese año).

Siempre en el plano positivo, la victoria en el Viaducto le permitió al equipo regresar al éxito tras dos caídas y entrar transitoriamente a la Sudamericana. Fue un paso más en el camino hacia la concreción de un deseo del DT y de la dirigencia: la continuidad en el banco después de junio. “Jugar un torneo internacional siempre es importante. Sería un halago para un club que está empezando a hacer las cosas muy bien”, ponderó Miguel, quien aún no se baja de la lucha por el campeonato. “Estamos ahí, en una situación expectante. Tenemos que seguir creciendo en la búsqueda”.

Optimista como nunca, para Russo quedó atrás la etapa en la que Racing padecía. Quiere desterrar esa sensación en los hinchas y cree que lo logró. “En Racing no usamos más la palabra sufrir”, afirmó cuando le preguntaron si el equipo vivió zozobras tras el descuento de Arsenal.

Russo ve crecer al club, lo disfruta y ya lo imagina con el pasaporte que lo deposite en la Copa.

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