miércoles, 18 de mayo de 2011
Toranzo dice que sueña cada vez que ve la imagen del equipo del 2001 y goza por haber mejorado su relación con la gente.
"Nunca me achiqué".Durante el trayecto de 40 metros que suele recorrer a pie desde el vestuario hasta la sala de prensa pasa por un momento culmine. Una imagen que ingresa por sus ojos enciende un anhelo que se le hace piel y su imaginación florece en los pétalos más brillantes. Y vuela. Patricio Toranzo, un romántico con la pelota en los pies, vuela. “Cuando veo en el hall de la fama a los jugadores que ganaron el Apertura del 2001, pienso: ‘Quiero estar en la foto del Racing campeón para que el día de mañana la gente me recuerde y yo pueda disfrutar de eso’. Sería emocionante. Vine a Racing para luchar por cosas importantes y llegar lejos en una Copa. Pero eso tiene que ser paso a paso”, asegura Pato. Sin querer, con su última frase, repitió justamente aquellas palabras que inmortalizó Mostaza Merlo en su obsesión por cultivar el perfil bajo... ¿Habrá sido una casualidad premonitoria? “Este es un campeonato muy parejo. Es raro. Si bien perdimos varios partidos, todavía tenemos chances de pelear. Que faltando cinco fechas estemos a cinco puntos de lo más alto, nos da mucha alegría. Este equipo merece luchar por el título por cómo juega”, agrega el volante, ovacionado por primera vez por la gente de Racing que supo cuestionarlo. El sábado, en el 3-0 sobre Newell’s, le reconocieron una gran producción que incluyó una asistencia sabrosa a Teófilo Gutiérrez en el tercer tanto.
-¿Qué posibilidades reales ves de dar el golpe? -Mirá, la ilusión está intacta. No te olvides de que en las últimas dos fechas vamos a jugar contra el primero (Vélez) y el segundo (Godoy Cruz). Todo dependerá de nosotros. Si no se puede conseguir el objetivo principal, trataremos de poner a Racing en la Sudamericana. Merecemos jugar la copa.
-¿Por qué? -Somos uno de los equipos que mejor juega. En la cancha notamos el respeto que nos tienen los rivales. También me gusta mucho Godoy Cruz y Vélez, que viene con una base importante. No quiero dejar afuera a Estudiantes. Fijate que los que pelean arriba son los que juegan al fútbol.
-Hace mucho que Racing no tiene un estilo tan definido con el que todos comulguen. ¿Lo percibís? -Lo veo en la gente. De locales perdimos varios partidos, pero los hinchas despidieron con aplausos. Eso es emocionante, significa que le llegamos a la gente. Eso siempre nos dio muchísima más fuerza para encarar cada partido.
-¿Les costó convencerse de la identidad cuando los resultados no se daban? -Nunca renunciamos. Miguel (Russo) nos inculcó una idea de juego importantísima que Racing no tenía. Por lo menos, eso veía yo desde afuera cuando estaba en otro club. Lo digo sin desmerecer a los que estuvieron en Racing anteriormente. Miguel es uno de los mejores técnicos del país, le transmitió buen fútbol al equipo.
-Antes solía quemar la pelota en Racing. ¿Ahora con qué mentalidad juegan? -Todos nos contagiamos de buen fútbol. Es cuestión de personalidad. Más allá de algunos murmullos, uno tiene que ser profesional. Es decir, entrar con la cabeza fría y el corazón caliente. Yo sentí esos murmullos cuando las cosas no me salían.
-¿Y te condicionaban? -En ningún momento me achiqué. Los murmullos me dieron más fuerzas para cambiar la relación con la gente. De tanto intentar pude revertir la situación. Mi mérito fue doble.
-Te ovacionaron por primera vez en Racing. ¿Te sorprendió eso? -Quería terminar el partido, pero salí por precaución . Fue muy emocionante para mí ver cómo la gente me aplaudía.
-¿Cómo hacías para que los cuestionamientos no te perturbaran? -Es que en Huracán ya tuve esa experiencia. Si no estás tranquilo, en Racing no jugás. Porque la gente impone mucha presión y Racing viene golpeado desde hace años. Hoy está más tranquilo todo, este equipo tiene mucha personalidad, en todos lados sale a ganar.
-¿Creés que se te exige demasiado o lo normal? -Pasa que en mi posición los pases son muy milimétricos. Y al tocar muchas pelotas, uno se puede equivocar. Soy el que más expuesto queda. Yo tengo que tratar de habilitar a los delanteros y a los volantes. Son pelotas muy finitas. De diez pases, si pasa uno es gol.
-Con la ausencia de Gio, ¿cómo tomaste el rol principal de creador? -Con él no me puedo comparar. Es un jugador de elite, el mejor de Racing por todo lo que demostró. Somos totalmente distintos, pero leemos el mismo juego. Todo lo que hace Gio es una fantasía porque nunca sabés lo que hará. El es más punzante de tres cuartos hacia adelante y yo trato de organizar el mediocampo para que la pelota les llegue limpia a los delanteros.
-¿Cómo definís a Teo? -Uno de los mejores delanteros que tuve como compañero. Se mueve muy bien. Se lleva la marca, aguanta la pelota, es guapo, se banca todas las patadas, es goleador... En el pase que le di el otro día fue clave algo: cómo recepcionó una pelota que iba medio fuerte y cómo se la acomodó justo para la derecha. Ahí se notó la clase de jugador que es.
-¿Los sigue sorprendiendo o ya se acostumbraron? -Ya sabemos lo que es: muy completo. Es joven pero a la vez parece con mucha más experiencia por cómo define. Y además nos ayuda a los volantes, se sacrifica cuando corre a los defensores desde atrás.
-¿Cómo es su personalidad en el vestuario? -Medio tímido, no habla mucho y hay que respetarlo. Pero cuando hay un poquito de música empieza a bailar y nos reírnos mucho. Yo llevo temas de Maelo Ruiz, un portorriqueño que toca salsa. Cuando los escucha deja su seriedad, se le sale la cadena y, de golpe, se pone a bailar. Imaginate que todos estamos esperando que baile, ja. Es un personaje.
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