lunes, 6 de junio de 2011

Gimnasia y Racing sacaron un punto que les sirvió de poco para sus objetivos.


La Academia fue algo más, pero no tuvo contundencia y lleva tres juegos sin ganar.

No hubo aires finales de alivio en el Bosque. Los nervios siguen de punta en la mitad de La Plata y en la de Avellaneda. Gimnasia y Racing no tuvieron lucidez ofensiva en las áreas o cerca de ellas y rasguñaron un poroto que sólo estiró el suspenso detrás de sus objetivos. Permanecen en una posición incómoda, con ataduras, sin poder soltarse y liberar los pulmones. No hay caso: van a tener que continuar remando. Con el tirunfo de Huracán, el Lobo cayó en el terreno del descenso directo y la Academia se sostiene apenas en el último lugar para la Copa Sudamericana, con el riesgo vivo de que Argentinos hoy lo iguale.

Las fricciones predominaron en un encuentro cerrado que pareció abrirse en determinados pasajes. Tuvo sus momentos Gimnasia, sobre todo en el primer tiempo, cuando atacó con dinámica, mucha gente y ambición. En ese interín favorable mucho tuvo que ver la movilidad de Capurro y de Castro, aunque los avances se disolvían en zona de gatillar. De hecho, Fernández casi no fue llamado a intervenir.

Racing fue un poco más y estrelló dos pelotas en el travesaño. Lo mejor que mostró nació de la técnica, inteligencia y calidad de Teo Gutiérrez. De su virtuosismo surgieron las situaciones más nítidas del equipo, con remates de media distancia o pases precisos. Pero no lo acompañaron bien: Hauche no se despegó de su bajo nivel y Lugüercio tuvo una chance que definió mal, aunque su esfuerzo natural para generar espacios lo ayudó a compensar lo otro. Toranzo falló en la última entrega y prácticamente no pisó el área enemiga, mientras que Yacob no aseguró el destino del balón como en otros partidos. Visiblemente nervioso, perdió el duelo con Rinaudo.

Lo dos equipos fueron incapaces de hilvanar combinaciones de pases que sorprendieran. Gimnasia se conformó con el punto en la parte final y Racing no encontró claridad las pocas veces que fue profundo.

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