viernes, 22 de abril de 2011

Teo Gutiérrez abre su intimidad, reconoce los consejos útiles de su esposa y se la juega: “Ya tenemos que aspirar a un campeonato...”.


La historia de vida que trae consigo Teo Gutiérrez, en medio de enfrentamientos entre dos pandillas en el barrio La Chinita, forjó su fuerte personalidad. El goleador de Racing es un bicho raro para un fútbol malacostumbrado a las frases de ocasión y a la falsa modestia. Dice lo que siente, hace lo que cree necesario para marcar territorio. Su tranquilidad e introvertida personalidad puede realizar un giro de 180 grados cuando se siente amenazado. Por eso es capaz de ser héroe en el clásico de Avellaneda y villano al salir en la tapa del diario por agarrarse a piñas con un compañero. Teo es así, transparente. Y podrá sonar hasta soberbio, pero una de las claves del buen momento del colombiano es su confianza.

“En mi trabajo me siento el mejor. Respeto a los demás, pero siempre quiero ser el mejor. En la cancha me hago respetar como jugador y como persona”, explica el goleador de Barranquilla, quien se siente cómodo viviendo en Puerto Madero junto a su familia. Justamente sus seres queridos son parte importante de los seis goles que ya tiene en su haber. Apenas arribó al país, les pidió más pasajes a los dirigentes porque “con mi familia voy a rendir a pleno” y ahora también trajo a su hermano Roland, un juvenil enganche que se está probando en la Reserva de Barbas: “Si les interesa su juego tienen que hablar conmigo, yo soy su representante”, avisa.

La intimidad del delantero del momento es rica en detalles. A los 25 años, casado y padre de familia, Teo aún recibe algunos consejos desde su tierra natal. “Mi familia me valora y me califica. Cuando me va mal, que me califiquen ellos. Y cuando me va bien, que también lo hagan. Después de cada partido, mi papá me llama desde Colombia y me dice: ‘Estuviste bien o mal, tienes que mejorar y perfeccionarte”’, cuenta la figura del derby ante el Rojo. Y da más detalles: “Mi esposa me dice ‘tienes que hacer esto o lo otro’ y uno va aprendiendo de lo que le dicen”.

Arisco a las cámaras, Gutiérrez prefiere sacar chapa con su rendimiento dentro de la cancha. Y ahí sí que jamás se achica... “En todos los partidos tengo que marcar la diferencia para que la gente me quiera. Una página ya quedó en el clásico, ahora tengo que marcar en el próximo partido. Tengo que demostrar mis condiciones. Es importante que te empiecen a mirar como buen jugador que eres. La gente es la razón de ser de este equipo”, sostiene. Y, fiel a su estilo, deja lo más picante para el final: “Somos grandecitos y ya tenemos que aspirar a un campeonato. Sabemos que no es fácil, pero este equipo está para grandes cosas. Somos candidatos porque a la gente le gusta el buen fútbol que estamos jugando”.

Pura confianza la que distingue a Teófilo...

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