martes, 29 de marzo de 2011

“Fui responsable directo”.



Podría haberse negado a conceder la nota bajo el pretexto válido de que su estado anímico no era el mejor. También estaba en todo su derecho de esperar a que pasaran unos días para hablar hasta que se enfriaran los cuestionamientos justificados hacia él. Pero Jorge de Olivera decidió dar la cara ayer mismo, cuando todavía estaba muy fresquito su mal desempeño contra Lanús.“Me hago cargo de todo, soy el responsable directo de lo que pasó el sábado”, afirma, asume, asevera Dida, vía telefónica y con una voz que delata su congestión por una fuerte gripe.

-¿Cómo estás? -Con mucha bronca, más porque el equipo estaba bien. Era un partido para ganar. Los arqueros convivimos con estas situaciones, vivimos tomando decisiones. Si son incorrectas las pagamos con goles. El equipo jugaba bien, pero a raíz del primer gol que nos hicieron se cayó todo. Quiero una revancha lo más rápido posible.

-¿Asumís tu responsabilidad en todos los goles? -Me hago cargo de todo. Fui el responsable directo. A medida que llegaban los goles el equipo iba entrando en una situación inmanejable. El partido cambió totalmente cuando empezaron a llegar los goles. Hice la autocrítica, claro.

-¿Te faltó confianza? -Traté de sacarla de algún lado. Después de un error intentás agarrarte de la próxima jugada. Y si tampoco tenés la suerte de tapar una pelota, es muy feo. Ahí hay que sacar fuerzas desde no las hay.

-Hubo silbidos de la gente. ¿Empezás de cero? -Los hinchas siempre me trataron de maravillas. Fue lógico que el otro día se expresaran distinto de lo que lo venían haciendo. Aplauden a alguien que da un buen pase, mete un gol o tiene una buena atajada. Obvio que yo no iba a pretender ese apoyo.

-¿Y ahora? -Debo ser fuerte como cuando puse el pecho en una situación complicada en la lucha contra la Promoción. A tres puntos de Estudiantes, estamos con más fuerza que nunca. Y yo tengo la convicción de que voy a dar vuelta esto.

-¿Te dijeron algo tus compañeros? -No hizo falta que me dijeran nada, sé que me apoyan en todo sentido y están a muerte conmigo. Ellos saben que si se equivocan eso puede quedar ahí, pero que en el arquero los errores son caros.

-¿Cómo fue el regreso a tu casa tras la derrota? -Me costó mucho aceptar que perdimos un partido que estaba controlado. No pude dormir en toda la noche. No daba para perder y menos por cuatro goles.

-¿Tenés temor de perder el puesto? -Mirá: ni el equipo ni yo estamos para pensar si voy a atajar o no. Yo estoy con mucha bronca y ganas de recuperarme cuanto antes. Pero lo único que quiero es lo mejor para el equipo.

-¿Si Russo te saca considerás que sería lógico? -Eso hay que preguntárselo a él porque toma las decisiones, tiene mucha más experiencia en esto y sabe cómo manejarse ante estas situaciones. La vida del arquero es así. Los errores se sufren demasiado.

-¿Te dieron ganas de ofrecerles disculpas a tus compañeros por tu flojo rendimiento? -Les dije que se quedaran tranquilos, que no se hicieran la cabeza porque el equipo está jugando bien y no deben aparecer fantasmas. Perdimos por una cosa puntual, pero todavía falta mucho camino.

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