miércoles, 30 de marzo de 2011

Teófilo Gutiérrez y el arquero suplente Mauro Dobler, quienes se dieron de lo lindo.


El clima en el entrenamiento de Racing ya estaba movidito desde el inicio, luego de que Russo decidiera sacar del arco titular a De Olivera, de floja actuación ante Lanús, para poner al paraguayo Roberto Fernández, quien había defendido los tres palos de la Academia en cuatro partidos del Apertura pasado. Pero ese cambio terminó siendo una pequeña anécdota con lo que pasó después. En medio de la práctica de fútbol, hubo rosca y, no precisamente la que se suele comer en las Pascuas. Sí, hubo piñas. Un clima al mejor estilo Luna Park en sus noches de gloria se vivió durante unos instantes en pleno campo de juego del Cilindro de Avellaneda durante la tarde. De un lado, el colombiano Teófilo Gutiérrez. Del otro, Mauro Dobler.

Todo comenzó por una pelota que intentó buscar el delantero, cuando estaba en posesión del guardameta. Tal vez molesto por alguna pierna puesta de más, Dobler esquivó al delantero, aunque enseguida le recriminó la forma en que había ido a buscar el balón. Ni lento, ni perezoso, el punta no se quedó calmo y respondió. Como resultado: cruce de palabras, empujones y, de postre, una serie de manos entrecruzadas, que afortunadamente, quedaron ahí, gracias a la intervención de los demás compañeros.

Pero, el dato no es menor, ya que una vez más, tal como había acontecido hace dos semanas con un cruce hot entre el defensor Cahais y el juvenil Viola, un momento de tensión se volvió a vivir en la Acadé. ¿Quedará todo en un simple encontronazo de práctica o habrá sanciones? Russo, por lo pronto, el primero que seguramente tomará una decisión.

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